Publicada en Página 12. Diciembre de 2001
¿Querés limón?, ofreció Tati Almeyda, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Era su arma contra los gases lacrimógenos. A las tres y media las Madres iniciaron la ronda, como todos los jueves. Pero, obviamente, no fue como siempre. “Es un jueves muy triste, venimos a pedir que no haya represión”, decía Laura Conte mientras caminaba del brazo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el fiscal de Bahía Blanca Hugo Omar Cañón. Los miembros de los organismos de derechos humanos que habían logrado traspasar las vallas se empeñaban en continuar con la simbólica protesta, pero después de una corrida sobre Avenida de Mayo, la Policía Federal apuntó las pistolas lanzagases hacia la plaza. Las Madres se cubrieron la cara como pudieron y abandonaron el lugar.